Hoy en día, ya está reconocido, tanto en el campo científico como médico, que la actividad física que engloba fuerza muscular, actividad cardiovascular y una adecuada flexibilidad, son cualidades necesarias para la salud, la capacidad funcional y el mantenimiento de la calidad de vida (Kraemer et al.,2002).

El programa de entrenamiento terapéutico, es a menudo, sólo una parte de un tratamiento más complejo, que a menudo, incluye otras especialidades como la fisioterapia, la nutrición o la psicología. Debemos de contar con la información más clara y precisa posible sobre la patología del paciente y conocer cual es el tratamiento en su conjunto.

Los programas de Actividad Física Terapéutica se deben diseñar de forma individual a cada paciente, aunque, puede desarrollarse colectivamente en pacientes con los mismos objetivos y características semejantes, haciendo adaptaciones individuales si fuera preciso.
La función del profesional de la Actividad Física Terapéutica está claramente definida: Diseñaremos y planificaremos programas de actividad física individualizados para desarrollarlos individual o colectivamente, con el objetivo de prevenir, mantener o mejorar la salud de nuestros pacientes.

¿Debe considerarse la Actividad Física Terapéutica como la continuación del tratamiento de fisioterapia?

Cuando utilizamos la actividad física como herramienta terapéutica y preventiva, entonces debemos hablar de prescripción de ejercicio físico.
Una de las labores más importantes del fisioterapeuta, son las indicaciones terapéuticas a sus pacientes, como pueden ser: pautar series de ejercicios marcando el numero de repeticiones y dosificación de la fuerza, o dar consejos de higiene postural y, por lo general, educación de hábitos saludables. Con todo esto, podríamos afirmar que el fisioterapeuta es un prescriptor de ejercicio terapéutico.

En numerosas ocasiones, la Actividad Física Terapéutica, engloba la colaboración de otros especialistas de la salud y el deporte:

• Un especialista en Actividad Física y deporte, que aporte conocimiento en la periodización, selección de métodos de entrenamiento y distribución de cargas.
• El propio fisioterapeuta, encargado de realizar un análisis morfoestático y biomecánico exhaustivo para aquellas personas con descompensaciones, limitaciones funcionales o patologías del aparato locomotor.
• Médico especialista, en caso de enfermedades cardiovasculares o metabólicas, realizando un tratamiento minucioso con tales pacientes, evitando así, la agudización de previas enfermedades crónicas.

FUENTES:
• J. Arroyo Otero, “Planificación de la Actividad Física terapéutica”, Universidad Católica de San Antonio, Murcia.
• J. Garcia Rizo, “El Ejercicio Físico con fines terapéuticos en enfermedades cardiovasculares”, Departamento de Educación Física, La Habana.